Una advertencia marxista sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos

"¡Sin autodeterminación, no hay revolución" -proclaman los que luchan por la liberación nacional de sus respectivos pueblos en Euskadi, Cataluña, Puerto Rico... Sin embargo, si la soberanía es la causa por la que se lucha, ¿no es acaso criticable cualquier acto de desobediencia popular frente al poder que la reclama? La autodeterminación exige paz social y no lucha de clases, "unidad popular" contra el enemigo común -el Estado negador de ese alto derecho- y no una división de la nación basada en los antagonismos sociales que determinan las condiciones de vida del "pueblo trabajador" al que se pretende liberar. Eso es lo que requiere toda causa nacional. Pues el objetivo eminente de la misma consiste en el establecimiento de un poder estatal propio que, orgulloso de su autenticidad y como representante de una identidad nacional que hace de súbditos y mandamases una gran masa armónica, tenga la legitimación suficiente y necesaria para exigir de todo un pueblo la sumisión voluntaria a su Estado. Por tanto, a la consigna de los paladines de la autodeterminación hay que contraponer la advertencia marxista: "¡Sin una crítica al derecho de autodeterminación, no puede haber revolución!"

Libro
Una advertencia marxista sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos

Karl Held y Emilio Muñoz, Múnich,
Editorial Resultate, 1990, 19 págs., $1.25.

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